La promesa incumplida: ¿Qué hacemos con Wilshere?

Es momento de madurar, Jack. (Imagen: http://uk.eurosport.yahoo.com)
Desde que debutó en el equipo con tan solo 16 años de edad, Wilshere ha sido el centro de atención (y de las esperanzas) de una hinchada gooner hambrienta de nuevos ídolos y títulos. Hoy, el pequeño inglés está envuelto en un mar de dudas, como si tantas promesas hubieran elevado su ego a un nivel poco acorde con su rendimiento.

No se puede negar que Wilshere es un talentoso, que tiene temperamento de sobra y que muchas de las esperanzas puestas en él son justificadas. El problema es que no termina de convencer, y hay algunos partidos (como el de ayer) en que realmente uno se pregunta qué demonios hace en la cancha.


Una cosa es brillar ante Norwich, o tener un buen partido ante el Southampton, y otra muy distinta hacerlo ante Zabaleta, Yaya Touré o Kompany. Es ahí donde el talento de un dotado debe aflorar. Jack sabe que tiene ese talento, el problema es que no sabe qué hacer con él. Es como un joven Mozart que ha recibido el reconocimiento antes de componer su primera Sinfonía. Un virtuoso sin rumbo.

Jack ha caído en el juego de muchas jóvenes estrellas Hollywoodenses, un par de películas buenas, con actuaciones poco habituales para su edad, los encumbran a lo más alto de Hollywood. Hasta que llegan retos y responsabilidades mayores, y se dan cuenta de que la exigencia es mayor, que cuesta tiempo y experiencia ser una superestrella. ¿Pero qué haces si ya probaste las mieles de la fama y la atención?

Todo está en la cabeza, Wilshere. (imagen: http://uk.eurosport.yahoo.com)

Wilshere no es Ramsey. El galés era una promesa entre varias de la cantera gunner. A él se le dieron los 'papeles pequeños'. los roles secundarios, en los que cumplió con creces, pero sin aspavientos. Él no iría a los Oscars, él miraría desde su butaca y solo algunos lo reconocerían mientras esperaban a la próxima gran promesa.

Eso marca una diferencia de actitud y caracter con la que no cuenta Jack. Al igual que Jack, Ramsey sufrió una lesión terrible (peor incluso), y tuvo que esperar casi dos años para volver a competir. Pero él lo hizo desde las sombras, desde los pequeños papeles en 'café teatros'. Recibió abucheos, insultos y pedidos de que sea vendido o, lo que es peor, canjeado. Pero era consciente de que no había ganado nada, y aguantó, se fajó y se dispuso a trabajar. Y lo logró.

Ramsey, una historia muy similar a la de Jack, asumida con otra actitud (Imagen: http://thefootballreview.com)
Wilshere es un caso absolutamente contrario. Él parece jugar con la idea de que es 'la estrella', que sus buenos momentos justifican sus arranques de temperamento, que un puñado de partidos brillantes son motivo suficiente para intentar resolver las cosas por su cuenta. No es un problema de falta de confianza, es un problema de exceso de la misma. Talento hay, lo que falta es cabeza.

Aunque sea duro, Jack está en este momento por debajo de cada uno de los miembros del mediocampo del Arsenal: Arteta, Ramsey, Rosicky, Cazorla y Özil. Sin discusión. Y es momento de que Wenger de toda una declaración de intenciones y directamente lo siente. Que coma banca, y que alguien le diga que aún no ha ganado nada, que está muy lejos de ser una leyenda...que por el momento es todavía una gran promesa incumplida. Comienza desde abajo Jack, es momento de fajarse, dejar el status de estrella y entender que por ahora eres solo un aspirante. Y es ahora o nunca.

¿Qué opinan ustedes? ¿Creen que finalmente Jack despegue?

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