#Arsenal: Es solo cuestión de tiempo

Lo que el Arsenal necesita, antes que dinero, es tiempo. Arsenal, opinión, análisis, EPL


Soy peruano. Hace un par de días grité con mi viejo al lado el gol del triunfo del Real Garcilaso del Cusco, un club que debutaba en la Copa Libertadores, y que lleva ya dos partidos ganados fuera de casa en plazas más que complicadas como Colombia y Paraguay. Después del partido me puse a pensar en el Arsenal y en la historia detrás del Garcilaso.

El Garcilaso es un club diferente a los otros clubes que ascienden cada año en el fútbol peruano. Cuando ganó el derecho a jugar en la Primera División, la directiva, lejos de despedazar el plantel, mantuvo la columna vertebral de éste y, sobretodo, mantuvo a su técnico, al hombre que les había dado la posibilidad de estar de vuelta en la Primera División. Y no se equivocaron, en su primer año, el Real Garcilaso logró el sub campeonato frente al Sporting Cristal, un equipo con recursos y un plantel, a priori, muy superior, y dejando en el camino a clubes tradicionalmente más fuertes, como son Alianza y Universitario, entre otros.

Y luego pensé en el Arsenal, y en todos los cambios que ha sufrido el equipo: perdió a muchos jugadores por edad, por dinero o simplemente por ganas de ganar una Champions antes de retirarse. Y perdió a los mejores, pero sobretodo, perdió cohesión. La plantilla actual tiene, cuando mucho, una temporada jugando todos juntos. Regreso al triunfo del Garcilaso y veo esa saludable conexión que se genera entre quienes tienen mucho tiempo jugando juntos. Ese 'jugar de memoria' que en algún momento perdieron los gunners, con temporadas seguidas en las que todo era un comenzar de nuevo.

Que un equipo se conozca y funcione como una máquina lleva tiempo, que Cazorla sepa cuando se desmarcará Giroud, que Giroud sepa cuando le soltarán el pase largo, o cuando alguien correrá detrás de él para esperar un pivoteo. Que Koscielny sepa cuándo está bien respaldado como para salir hasta la media cancha y cuando es mejor esperar en la cueva.

Y tenemos a Wilshere, un dotado para el fútbol, un diferente, pero que todavía tiene mucho para aprender. También necesita tiempo, para que además de saber correr, driblear y tocar el balón con ese pie que parece un guante, sepa, como Henry, Bergkamp y Pires, cuando es momento de lanzarse a la aventura, y cuando es el momento para aguantar un poco y luego sorprender con esa explosión de velocidad y talento que el pequeño gigante inglés es capaz de generar.

Este equipo será otro para la próxima temporada, será mejor. Después de mucho tiempo, tendrá jugadores que ya compartieron una temporada completa, que se tragaron sendas goleadas, que se insultaron en el camerino, que se abrazaron tras un gol. Serán una familia, y eso, al menos por ahora, no lo compra el dinero ¡Go gunners!

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